Cuenta la leyenda que Thrawn participaba en movimientos activistas, salvando las ballenas, los niños nigerianos, los árboles, y los bigotes.
Su vida cambió, cuando en una protesta
policial recibió rayos ultra-sidosos en sus débiles ojos, lo que
provoco la necesidad de unas gafas 3D para contener la radicación
sidosa que escapa de su ser.
En ese momento, cegado por el sida y la
rabia, decidió usar su poder para el mal, destruyendo y sacando
defectos a todo lo habido y por haber.
En su ansiosa nueva afición, descubrió
que hiciera lo que hiciera, o dijera lo que dijera, en alguna parte
del globo, alguien se ofendería.
De esa forma el sida cambió su cerebro
ultraintestinal, y provocó el efecto contrario: cuanto más ofensivo
sea lo que escriba, cuantos más colectivos sociales se vieran
dañados, mayor sería su idiosincrasia, su hirsutismo, y en
definitiva, su completa y random felicidad.
Si quieres comentar este u otros artículos, te esperamos en nuestro foro.