Título: César debe morir Título original: Cesare deve morire
Director: Paolo Taviani, Vittorio Taviani
País: Italia
Actores: Fabio Cavalli, Salvatore Striano, Giovanni Arcuri, Antonio Frasca, Juan Dario Bonetti, Vincenzo Gallo, Rosario Majorana, Francesco De Masi, Gennaro Solito, Vittorio Parrella, Pasquale Crapetti, Francesco Carusone, Fabio Rizzuto, Fabio Cavalli, Maurilio Giaffreda
Año: 2012
Duración: 76'
Crítico colaborador: Marialler
Calificación:
Un grupo de teatro está en escena. El Julio César de Shakespeare está a punto de terminar. Cae el telón. El éxito es rotundo. Durante seis meses los actores se han dejado la piel ensayando la obra y llevando sus emociones personales más allá de las de sus personajes, y en un contexto agrio, áspero, duro.
Después de la actuación, los actores vuelven a su realidad: sus celdas, en el ala de máxima seguridad de la cárcel Rebibbia, en Roma. Han sido seis meses de trabajo dentro de la prisión. El director del centro penitenciario y un director de teatro han llevado a cabo tal proyecto en el que estos narcotraficantes, asesinos, pertenecientes a la Mafia o la Camorra, se han convertido en personajes de Shakespeare.
Este es el hilo documental de la película dirigida por los hermanos Paolo y Vittorio Taviani. En la historia del cine siempre ha habido varias parejas de hermanos, de hecho comenzó por unos, los Lumière, hasta llegar a la actualidad, con los Coen, los Farrelly, los Wachowski, etc. Pero no todos tienen la suerte de haber sido galardonados con el Oso de Oro en Berlín como estos fratelli, que con 81 y 83 años se lo han llevado por este largometraje.
En la presentación del film en España el pasado viernes, Paolo Taviani asistió al V Festival de cine italiano de Madrid, donde se le ha otorgado el premio a toda una carrera.
El buen hacer de los Taviani no se sabe a qué se debe. Será porque lo llevan en sus venas italianas, será porque Rossellini les ha inspirado desde que eran adolescentes, o quizá, como Paolo señaló en la rueda de prensa, “porque Vittorio es virgo, y yo soy escorpio, lo que nos convierte en un buen equipo”. Horóscopos aparte, lo cierto es que hacen trabajos de calidad, personales, como lo remarcó con una frase contundente al hablar sobre el séptimo arte, "Nosotros hacemos películas, los americanos hacen cine".
En cuanto a la película, hay varias cosas reseñables: La escena del casting para el reparto de papeles es una de las mejores partes, donde se encuentra a unos actores/convictos que se presentan como son, delincuentes que cumplen sus condenas, y con una expresión con más fuerza que muchas de las ya consolidadas celebrities.
La fotografía es muy especial y da mucho juego en el argumento, ya que la grabación está en su mayoría hecha en blanco y negro, "una violencia que se hace a la realidad, porque ésta es en color", como afirmó el realizador. Taviani explicó que así se alejaban del realismo televisivo, y de la crudeza de las prisiones italianas, las peores de Europa. Porque la película no es un documental, es ficción, en la que el espectador observará los ensayos del texto shakesperiano por los patios, las celdas, y donde los intérpretes llevarán sus sentimientos a algo más profundo que la mera actuación. Como apunta uno de sus personajes mirando a cámara: “Desde que he conocido el arte, mi celda se ha convertido en una cárcel". ¿Qué parte es cierta? ¿Cuál es falsa? Es un curioso juego en el que se desconocen los límites de la veracidad de sus protagonistas.
César debe morir está muy bien hecha, sin embargo, hay partes en las que la historia se vuelve un tanto densa, que hace que se pierda el hilo; la obra es intensa y se interpreta en un ambiente árido.
No obstante, usted querido lector, apreciará más esta obra si cumple todos o alguno de los siguientes requisitos:
- Si usted es italohablante, ya que la variedad de dialectos de los actores enriquece más la cinta y trae el drama shakesperiano (siempre popular) a la actualidad.
- Si usted ha leído el Julio César de Shakespeare, le ayudará mucho para seguir la trama.
- Si usted es un cineasta/artista agobiado porque no encuentra la inspiración y cree que su tiempo como director tiene los días contados. Descuide. Piense que el reconocimiento le puede llegar siendo octogenario.
Paolo Taviani se despidió declarando que seguirá rodando, pues no concibe la vida sin trabajar. "Mientras pueda seguir diciendo Motor, y ¡Acción!, continuaré. Por tanto, hasta la próxima".
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