Director: Mario Bava
País: Italia
Actores: Cameron Mitchell, Eva Bartok, Thomas Reiner, Ariana Gorini, Dante DiPaolo, Mary Arden, Franco Ressel, Claude Dantes, Luciano Pigozzi
Año: 1964
Duración: 88’
Crítico: Harkness
Puntuación:
Como sabréis, con motivo de la proyección de “Buenas noches, dijo la señorita Pájaro” de César del Álamo en el SomierFest 2013, estamos haciendo un pequeño repaso por el género “giallo”. Tras el reportaje publicado hace unos días, aquí os dejo la crítica de este clásico del género de terror, una muestra de qué va el asunto.
Cuando una joven es misteriosamente asesinada cerca del salón de modas donde trabajaba, las sospechas comienzan a surgir entre la gente de su entorno, sobre todo a raíz del diario de la fallecida, que podría dar a conocer la verdadera identidad del asesino.
Mario Bava es uno de los cineastas más importantes del cine italiano, fundamentalmente por su aportación al cine fantástico y de terror, además de ser unos de los padres del “giallo” y creador de un legado que tendría en Darío Argento y Lucio Fulci sus principales continuadores. Seis mujeres para el asesino puede considerarse uno de los títulos más emblemáticos e influyentes del director, que junto a la anterior La muchacha que sabía demasiado inaugura el subgénero propiamente dicho, ya que se encuentran presentes en ella los principales rasgos de identidad del estilo, imitados posteriormente hasta la saciedad.
Con un argumento de intriga y misterio algo deudor de Agatha Christe (nutrida galería de personajes que no ocultan nada bueno, crímenes enigmáticos en un entorno cerrado…), el resultado no es ni más ni menos que un juego macabro donde nada es lo que parece, y la identidad del asesino (convenientemente enmascarado y enguantado, como no podría ser de otra manera) sólo la descubrimos al final. Y es que, por encima de cualquier consideración, el guión del “giallo” se reduce básicamente a eso; a un juego constante con un espectador al que se manipula, al que se desconcierta con múltiples sospechosos y falsos culpables, al que se engaña con trampas… buscando siempre sorprender e impactar antes que contar una historia “realista”. El “giallo” es la antítesis del realismo, es puro tebeo en colores chillones, es diversión morbosa y desvergonzada para un público que en cierto modo asume las reglas de éste juego sangriento e irreal como si de un pacto se tratase. De ahí que mucha gente considere éstas películas una tomadura de pelo o una estafa, e incluso es posible que no les falte razón… sin embargo no deja de haber en el “giallo” una especie de coherencia propia, un carácter insobornable que ha terminado por originar su propio universo, onírico y estilizado, de ambientes lúgubres, de rostros desencajados pertenecientes a féminas aterradas, de maníacos amantes de las armas cortantes a quienes nunca les vemos la cara.
Mario Bava sabe de qué va el asunto, es consciente de lo que tiene entre manos, y el resultado es notable. Con un enorme dominio de la puesta en escena, nos introduce en un ambiente barroco y decadente, donde los colores adquieren un papel fundamental (por ejemplo, el rojo intenso para algunos lugares y objetos con un significado fatal). La larga trayectoria como director de fotografía de Bava posiblemente tenga algo que ver en la búsqueda del perfeccionismo dentro de éste apartado. El dominio del espacio y los precisos y envolventes movimientos de cámara son aquí su otro gran sello de identidad, así como un sentido del suspense cercano por momentos al de Alfred Hitchcock, maestro en éste campo desde siempre. Son especialmente originales los títulos iniciales de crédito, donde vemos a los personajes adoptando unas poses hieráticas mientras suena la banda sonora de Carlo Rustichelli (la cual es otro notable acierto).
Así pues, sólo me queda por decir que “Seis mujeres para el asesino” es algo más que cine de terror y suspense. Es clase, es buen hacer, y sobre todo es una buena oportunidad para descubrir o redescubrir el talento de este realizador.