Título: La Venus de las pieles
Título original: La vénus a la fourrure (Venus in Fur)
Director: Roman Polanski
País: Francia
Actores: Mathieu Amalric, Emmanuelle Seigner
Año: 2013
Duración: 87'
Critico Colaborador: Mary
Calificación:
El Polanski clásico
Tras un largo día haciendo pruebas a diferentes chicas para el papel protagonista de la obra que está preparando, Thomas está a punto de irse a casa, lamentándose de no haber encontrado a la candidata perfecta. Sin embargo justo antes de partir aparecerá Vanda, el contrapunto a lo que el altivo artista esperaba encontrar. Ella comienza a leer el texto y él le da réplica. Los roles salen, y comienza el espectáculo, el último que nos regala Roman Polanski.
Emmanuelle Seigner, esposa del realizador, se mete en la piel de esta femme fatale, todo un torbellino efusivo y directo, al que la actriz francesa sabe manejar y elevar todas sus sensaciones. Junto a Mathieu Almaric (cuyo Thomas puede pasar por un alter ego de Polanski), forjan una pareja rebosante de tensión desde el minuto uno. Porque ella es una Venus oscura, seductora, fuerte, capaz de atrapar a cualquier hombre con ese poder embriagador que la rodea, incluso a ese escéptico adaptador, quisquilloso y menudo que parece encoger a medida que corre el metraje.
El cineasta polaco se basa en esta ocasión de la obra del escritor austriaco Leopold von Sacher-Masoch para ofrecer una historia que siendo mínima, ofrece lo máximo. La cinta encierra mucho trasfondo dentro de ese pequeño teatro parisino, la única localización de la que los actores no salen (como en Un dios salvaje). Basándose en el teatro dentro del cine, el director juega se recrea con lo real y lo irreal; confunde de una manera maligna y astuta al espectador, pero le permite disfrutar con este peculiar dúo.
Porque el texto y los personajes, que son cuatro en realidad, hablan de la dominación, dentro de ese espacio repleto de claroscuros que es ese escenario con su patio de butacas… Todo un ambiente sugestivo para hablar grotescamente sobre lo que es establecer roles de sumisión y opresión dentro de la pareja.
Tratándose de una historia de dos personajes, la historia puede alejar a cierto público que se perderá una trama que atrapa, al igual que esa Vanda tan poderosa, que sabe jugar bien los papeles, los cuales se tornarán y desencadenarán situaciones más que sazonadas para la afortunada concurrencia de la sala.
Perversa, mordaz, sugerente, fetichista, elegante, lasciva, y todo ello con mucha contención: Polanski en todo su esplendor. La venus de las pieles es una película abierta al espectador; cada uno tomará sus teorías, y los fans de la trayectoria del director observarán detalles ya vistos en su filmografía.
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