Título: The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro
Título original: The Amazing Spider-Man 2: Rise of Electro
Director: Marc Webb
País: USA
Actores: Andrew Garfield, Emma Stone, Jamie Foxx, Dane DeHaan, Paul Giamatti, Sally Field, Embeth Davidtz, Colm Feore, Denis Leary, Marton Csokas, Sarah Gadon, Chris Zylka, Martin Sheen, Chris Cooper, Mark Doherty, Stan Lee
País: USA
Actores: Andrew Garfield, Emma Stone, Jamie Foxx, Dane DeHaan, Paul Giamatti, Sally Field, Embeth Davidtz, Colm Feore, Denis Leary, Marton Csokas, Sarah Gadon, Chris Zylka, Martin Sheen, Chris Cooper, Mark Doherty, Stan Lee
Año: 2014
Duración: 152'
Crítico Colaborador: Mary
LA CORRECTA SEGUNDA PARTE
A Andrew Garfield uno ya se lo cree del todo como hombre–araña después de The amazing Spider-Man; es que Tobey Maguire dejó el pabellón alto (después de tres títulos lanzado telarañas se le coge cariño pese a la cara de pardillo). El que creó Sam Raimi era más comedido, mientras que el nuevo Peter Parker es más impulsivo. ¿Uno es mejor que el otro? Diferentes, por algo existe el reboot.
Dos años después, los esquemas del bueno de Spidey se repiten: desde lo de “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, la doble vida chaval que vive con tía May/superhéroe que deambula por los edificios de Nueva York, la penalidad del niño huérfano que busca respuestas, enfrentamientos con multinacionales de industrias químicas… y el amor, esa energía que mueve el mundo y que el hombre-araña no es una excepción, para lo bueno y para lo malo.
Emma Stone era igual de verosímil que su compañero en la primera parte de la nueva saga: ella es Gwen y punto. Es más que necesario hacer una mención al director en cuanto a lides románticas: Marc Webb dio muestra de saber tratar el amor con esa pieza casi de culto llamada 500 días juntos, un romance sin aditivos. Pero en la presente historia acaramela tanto el metraje que se le va la mano con el almíbar; algo vaticinaba el final de la primera, con eso de que las mejores promesas son las que se rompen y tal… Quizá el cineasta haya querido aprovechar la -real- química que desprenden Garfield y Stone. Quizá.
¿Qué pasa con los nuevos? Vaya trío de malvados: Jamie Foxx, venerado en el western tarantiniano sabe trabajar también en blockbusters de este calibre, con diastema incluido. Su dicotómico e histriónico Electro/Max Dillon da la talla, aunque un niñato ricachón se le adelanta: El joven Dane DeHann es un maravilloso Harry, más oscuro y menos atractivo que el que presentaba James Franco. Hace honor a turbiedad de la familia Osborn. Y un irreconocible Paul Giamatti aparece por allí para enfrentarse al enmascarado.
Esta segunda parte presenta más penumbra en sus dos horas y veinte minutos y más dinamismo en la acción. Webb trata mejor las escenas con trifulcas. Ahora bien, puede que sea culpa de los guionistas o suya, pero las líneas secundarias no son su fuerte. Electro no tiene tanto protagonismo como anuncia el título, y la historia del Green goblin es un visto y no visto (uno se queda con ganas de más). ¿Eso es que nos los mostrarás en futuras partes, Marc? Quiero pensar que sí.
Porque por encima de sus contras, la película cumple a rajatabla con lo que se pide de ella. Más lucha, más historia, más ciudad de los rascacielos, más héroe, más preguntas y más incógnitas… Más, eso es lo que se quiere… qué pena que no sea una serie.
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