De vez en
cuando uno tiene la oportunidad, o la terrible desgracia, de ver cine
de autor. Obras súper personales, que obedecen a alguna idea alocada
del director de turno, a una neura extraña, o a un deseo ridículo
de destacar con algo que nadie salvo él va a entender. Under The
Skin es una de esas películas que entran en ese subgénero del cine
de autor.
Y es una
puta mierda.
Quiero
ponerlo así, en su propio párrafo, que se lea bien. Si la frase
superior está junto a algún otro párrafo, es que la han liado con
la maquetación. Porque quiero que quede claro. Que se lea clarinete
y que la gente sepa, desde el principio, que va a leer el comentario
de la que probablemente sea la peor película que he visto en mi puta
vida. El mayor y más desesperante trozo de mierda olorosa, de esa
que no se quita ni aunque uses papel de lija para limpiarte el culo
en el baño del curro mientras toda la oficina pasa por delante de la
puerta cerrada y te preguntas si se están dando cuenta de que estás
rompiendo todos los tratados de uso de armas biológicas contra
población civil.
Under The
Skin es la mayor puta mierda que ha parido madre. Y he visto Sucker
Punch. Haceos idea de a que juego estamos jugando aquí y en qué
liga estamos compitiendo. Es tan mala que se sale de la escala, se
vuelve buena, vuelve a bajar y lo hace tantas veces que la jodida
escala implosiona en un agujero negro al que el espectador es
catapultado, entre bostezos, resoplidos y comentarios en voz baja en
la sala de cine de "oh, no, otra escena en la que la Johanson se
desnuda no, por Dios, QUE PASE ALGO YA." Y no, lo del agujero
negro no es una metáfora, es literal: Es una película de 108
minutos que parece que dura tres horas. Jonathan Glazer ha
descubierto lo que voy a denominar como cine relativista.
Yo soy la
voz de mi propio Dios. ¡La voz de mi propio dios!
Todo empieza
con una entrada abstracta y extraña en la que sólo se oyen ruidos y
vemos como un objeto circular va pasando de parecerse una taza de
café de la mañana a un ojo, de un ojo a MIRA, YO QUE COÑO SÉ, SE
OYE UN RUIDO Y SALEN IMÁGENES RARAS. Y YA. ¿VALE?
Hay un
cadáver al que la Johanson, que se le parece un montón, desnuda. Y
coge su ropa. Y se la pone. Y todo en un fondo blanco, como de luces.
Y sale y se monta en una furgoneta. Y que Dios te pille confesado a
partir de este punto.
Porque aquí
empieza la tortura: La Johansson, en su fantástica furgoneta, se
pone a dar vueltas, buscando gente solitaria para que se suba con
ella con las excusas más estúpidas de la historia, llevárselas a
pisos francos para tirárselos y hundirlos en una especie de cieno
negro que aparece de la nada en una sala negra sin paredes así como
conceptual donde se quedan ahí, flotando en el pringue ese, como si
fuera una nevera de compota de manzana. Y sí, la Johanson se medio
desnuda mientras hace eso. Y luego se vuelve a vestir. Y A LA PUTA
FURGONA OTRA VEZ.
Le dije a
la bibliotecaria que me dolía mucho la cabeza, le dije que me dolía
mucho y no me creyó
El caso es
que este proceso se ve unas CINCO VECES. Y en todas, es EXACTAMENTE
EL MISMO: Tipo aleatorio entra entra en furgoneta, nos cuenta su
vida, se van a casa, se hunde mientras sigue a la Johanson con un
empalme que es lo único comprensible de toda la puta película. Todo
corriendo sobre un ritmo narrativo tan lento que en ocasiones parece
que el tiempo va hacia atrás. En resumen, en la primera mitad de la
película, el director, con la complicidad del guionista, nos muestra
lo que eminentemente es la misma puta escena cinco veces seguidas sin
hacer avanzar a nada ni a nadie: No hay evolución de personajes, no
hay explicaciones de qué cojones está pasando y a cuenta de qué
vienen las escenas oníricas en la que los tipos son, a falta de una
expresión mejor, enfangados, no hay más diálogos que el típico
palique más propio de un ascensor en lunes por la mañana. Sólo lo
mismo. Cinco veces. Hasta que la tía se encuentra a un tipo con
elefantiasis y decide dejarle escapar y salir corriendo de lo que
parece ser el coleguita de la Johanson.
De verdad,
me duele muchísimo la cabeza, me siento fatal.
Aquí el
"argumento"parece que intenta avanzar en la dirección de
que la Johanson se da cuenta de que está haciendo algo malo con esos
señores, pero en ningún momento se permite al espectador asomarse a
qué coño está pasando por la mente del personaje. No hay
prácticamente diálogos, no hay monólogos, nada. Tampoco ayudan el
buen hacer de la actriz, que hace un impresionante despliegue
interpretativo sólo a la altura de Arnold (Espera que busco y copio
su apellido) Schwarzenegger en Terminator 1 y 2, pasándose toda la
puta película mirando al infinito y respondiendo con frases que
podrían entrar en medio twit.
Es en este
momento en el que la película ya termina de caer al suelo, como un
maldito meteorito del tamaño de Texas al que Bruce Willis le ha dado
el visto bueno “porque mejor que muramos todos a ver esta mierda.”
Intentos de diálogos escritos por gente con ansiedad social. Planos
de la campiña escocesa tan largos como un día sin pan. Silencios.
Sonidos de electricidad. Árboles y lluvia. Escenarios pobremente
enlazados. Ningún hilo argumental entendible. Nada.
Y a tomar
por culo la bicicleta.
Por si no
lo has pillado, fotos y pies de foto tienen tanto sentido como toda
la película.
Buscando por
internet, uno se entera de que este aborto cinematográfico está
basado en un libro en el que, al parecer, la protagonista femenina
resulta que es un alienígena que viene para matar gente,
convertirlos en chucrut, y enviarlos a su mundo de origen para que
los aliens se lo coman, que parece que les mola tela la comida cuya
base son las personas. Y que parece que luego se da cuenta de que
convertir personas en comida está mal, y se rebela, o algo así.
Y es
entonces cuando la mierda que has visto empieza a tener puto sentido.
Pero esta basura humeante no se molesta en ningún momento en decirte
NI SIQUIERA que la Johanson es alienígena. Ni en comentarte qué
cojones están haciendo o para qué, o por qué deja escapar al tipo
con elefantiasis. Y de repente, termina. De la manera más abrupta y
ridícula posible. Sin venir a cuento. Sin sentido. Como todo en la
puta película.
Es decir,
que Under The Skin es una puta mierda.
Y aquí, la
Johanson desnuda. Para ahorraros el tener que ver la película. De
nada, eh.
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