Titulo: Café Society
Título original: Café Society
Director: Woody Allen
País: USA
Actores: Jesse Eisenberg, Kristen Stewart, Steve Carell, Blake Lively, Parker Posey, Corey Stoll, Jeannie Berlin, Ken Stott, Anna Camp, Gregg Binkley, Paul Schneider, Sari Lennick, Stephen Kunken
Año: 2016
Duración: 96'
Crítico colaborador: David Hidalgo
Valoración:
Pese a que la verdad es subjetiva, hay una serie de principios inamovibles que rigen el mundo, y que sabemos que se cumplirán: como diría el bueno de Joe Hallenbeck, el agua moja, el cielo es azul… y Woody Allen nos espera cada año en las carteleras con su nueva propuesta.
Entre las muchas
cualidades artísticas del cineasta neoyorquino, hay una que es
especialmente resaltable: su capacidad para generar nuevas obras con
rapidez, economía de medios y, sobre todo, toneladas de creatividad
desbordante. ¿Cuántos directores y directoras pueden jactarse, no
ya de estrenar una cinta al año, sino de escribir, producir, dirigir
y estrenar una película con sello autoral distintivo y cuya calidad
suele ser superior a la media?
Y así llegamos a
“Café Society”, su propuesta correspondiente al año 2016. Esta
película ha venido acompañada de cierta expectación por dos
motivos: el primero, es que gran parte de las obras más recientes de
Allen (concretamente, “Midnight in Paris” y “Blue Jasmine”)
llegaron rodeadas de una acogida muy positiva tanto por parte de
crítica y público; y el segundo, que no solamente es la primera
colaboración entre el cineasta de Brooklyn y el legendario director
de fotografía Vittorio Storaro (cuyo trabajo deberíais conocer sí
o sí gracias a “Apocalypse Now” o “The Last Emperor”, entre
muchas otras películas), sino que es la primera cinta que Allen
acepta rodar en formato digital y no en celuloide.
El film, rodado con
la cámara Sony F65, trata sobre las tribulaciones de Bobby Dorfman
(Jesse Eisenberg), un neurótico pero encantador (cómo no) joven
judío de Brooklyn que decide trasladarse a Los Angeles, con miras a
trabajar en Hollywood junto a su tío, el productor cinematográfico
Phil Stern (Steve Carell). Una vez instalado allí, conoce a Vonnie
(Kristen Stewart), la encantadora secretaria de Phil, de la que se
enamorará perdidamente.
Ésta es solamente
la trama principal, el esqueleto que sostiene gran parte de la
película. Pero, como ya podemos intuir en un film de Allen antes
siquiera de que se apaguen las luces, siempre hay muchas más piezas
pequeñas que componen sus rompecabezas, y “Café Society” no es
precisamente una excepción. Afortunadamente, incluso en los momentos
donde la arquitrama pierde interés, están las pequeñas subtramas y
unos personajes secundarios de lo más hilarantes que ayudan a
mantener la atención del espectador, así como a enriquecer el
conjunto.
Incluso en sus
momentos más bajos (que los ha tenido… “Vicky Cristina
Barcelona”), Woody Allen es un maestro, un genio de la narrativa
capaz de sacarse de la chistera todo tipo de situaciones memorables,
diálogos inolvidables y detalles sorprendentes.
Y eso es lo que
eleva a “Café Society” eones por encima de lo que hubiera sido
esta misma cinta en otras manos: la precisa y meticulosa
reconstrucción, no solo física sino también histórica, del
glamuroso Hollywood de los años 30; la forma como los distintos
personajes, tramas y pequeños elementos se interrelacionan en un
todo mucho más cohesionado de lo que parece a primera vista (ojo a
los detalles que parecen irrelevantes… la mayoría de ellos tienen
un porqué); las incisivas descripciones e historietas que ofrece la
casi omnipresente voz en off que narra la historia… Todo esto es un
valor añadido que el autor de Brooklyn sabe conferir a su historia,
para que ésta acabe dejando un poso satisfactorio e incluso
memorable en el espectador de a pie.
Técnicamente, la
película es una joya, precisamente gracias a la maravillosa
dirección de fotografía del maestro Storaro: siempre hay un
encuadre magníficamente compuesto, colores vibrantes, difuminados
que retrotraen a la era dorada del séptimo arte (y que, dicho sea de
paso, contribuyen a embellecer sobremanera al personaje de Stewart)…
Junto con la exquisitamente escogida banda sonora musical, “Café
Society” es una obra muy agradable de ver, sentir y experimentar, y
una impagable máquina del tiempo. Tan solo se me ocurre un pero en
este sentido: tal vez, y esta es una opinión totalmente personal y
subjetiva, el formato digital no haya sido la elección adecuada para
este film, ya que la gran nitidez de la imagen puede acabar sacando
al público de lo que pretende ser una experiencia retrospectiva e
incluso nostálgica.
Por otro lado, a la
hora de mencionar las interpretaciones, lo primero que quiero
destacar es que Jesse Eisenberg (también judío y neoyorquino, qué
sorpresa) es la elección perfecta para encarnar a un tipo de
personaje que Allen lleva décadas escribiendo e incorporando en
obras como “Anything Else”, “Melinda and Melinda” o “Whatever
Works”: un alter ego de sí mismo, en este caso más joven
(como el que ya interpretara Jason Biggs en la primera de estas tres
cintas).
Como es de suponer,
Bobby Dorfman es el tipo de personaje al que Allen perfectamente
hubiera podido dar vida en su juventud: carismático, nervioso, con
un hablar culto y una mente frenética… Afortunadamente, Eisenberg
se redime del desastroso Lex Luthor que ofreció en la nefasta
“Batman v Superman: Dawn of Justice”, y compone un personaje
principal con quien se puede empatizar rápidamente. Pese a todo, he
de decir que Eisenberg tiene una clara tendencia a repetir tics
interpretativos que acaban jugándole en contra, y que recuerdan en
demasía a otros roles que este actor ya ha encarnado previamente.
Pero la verdadera
estrella indiscutible de la película es una Kristen Stewart en
estado de gracia. Ya muy alejada de las catastróficas e
indefendibles cintas de la saga “Twilight” (Crepúsculo), donde se ganó (un
tanto merecidamente) la fama de actuar en estado catatónico, Stewart
ha logrado encontrar su propio camino artístico, eligiendo
cautelosamente su trayectoria y participando en proyectos tan
interesantes como “Clouds of Sils Maria” o “Still Alice”. En
esta ocasión, la intérprete saca lo mejor de sí misma para
componer un personaje complejo, sin perder nunca una frescura y una
capacidad reactiva que resultan muy de agradecer.
Y, para acompañar,
tenemos un reparto de secundarios imponente, entre los que destacan
un muy solvente Steve Carell (difícil imaginar qué hubiera hecho
Bruce Willis con el personaje de Phil Stern…), un desternillante
Corey Stoll haciendo de hermano gángster (el principal robaescenas
del film, os lo aseguro), y la magnífica contribución de Ken Stott
y Jeannie Berlin como los patriarcas del clan Dorfman.
En conjunto, “Café
Society” es una buena opción en las carteleras, y una aportación
loable dentro de la filmografía de Woody Allen. Sin embargo, pese a
lo divertida que resulta y a ciertas escenas que podríamos
considerar como brillantes, acaba cayendo bajo el peso de sus
limitadas pretensiones. Durante gran parte del metraje, tuve la
sensación de haber visto previamente esta película, no solo en
obras anteriores del director (es inevitable experimentar un déjà
vu hacia “Radio Days” o “Bullets over Broadway”) sino
incluso en “Rushmore” de Wes Anderson, debido a la enorme
similitud entre ambas cintas en cuanto a trama y estructura
narrativa.
Este sensación de
poca originalidad se acentúa si la comparamos con obras mayores de
Allen, con las que comparte muchos rasgos comunes (reflexiones sobre
el judaísmo y las religiones, el miedo a la muerte y la desesperada
búsqueda de respuestas por parte del ser humano, la futilidad de la
existencia, un descarado amor por la iconografía norteamericana de
mediados del Siglo XX…). Pero “Café Society” no es “Annie
Hall”, “Manhattan”, “Radio Days”, “Crimes and
Misdemeanors”, “Match Point”, “Midnight in Paris” o “Blue
Jasmine”… ni tampoco lo pretende. Se conforma simplemente con no
ser una obra menor dentro de su filmografía, y en ese aspecto lo
consigue, resultando mejor que cintas más fallidas como la
anteriormente mencionada “Vicky Cristina Barcelona” o “You Will
Meet a Tall Dark Stranger”.
LO MEJOR: La inmensa
dirección de fotografía del maestro Vittorio Storaro; la frescura y
brillantez interpretativa de Kristen Stewart; Corey Stoll como
personaje robaescenas; ciertos momentos de ocasional brillantez
cinematográfica.
LO PEOR: Que, en
conjunto, se siente una versión menor de lo que Allen ya nos ha
contado en otras películas anteriores; su falta de pretensiones
acaba jugando en su contra ocasionalmente, pudiendo causar que la
película se sienta como irrelevante.
0 Comentarios somieriles:
Publicar un comentario
Todos comentarios serán moderados por el staff, si no aparecen en breve no te preocupes, serán aprobados lo antes posible. Puedes comentar también desde tu facebook, twitter, etc justo debajo.