Estreno: 17 de marzo de 2017
Canal: Netflix
Crítico colaborador: Victor S
El 17 de Marzo se estrena la nueva colaboración entre Netflix y Marvel en su proyecto de adaptar a sus personajes de corte más urbano. Tras Daredevil, Jessica Jones y Luke Cage, Iron Fist es la última parada antes de que en verano podamos ver al cuarteto formando equipo en los 8 capítulos que compondrán “The Defenders”.
En el Gabinete del Doctor Somier hemos tenido acceso a los 6 primeros episodios. A continuación os traigo mis impresiones sin spoilers. La información que revelo es básicamente lo que se ha podido ver ya en trailers.
Al igual que sus series hermanas, se compone de 13 episodios y tiene como showrunner a Scott Buck (A dos metros bajo tierra, Dexter). La sinopsis es la siguiente: De niño, Danny Rand es el único superviviente en un accidente de avión en el Himalaya, donde viajaba junto a sus padres. Rescatado y acogido en la misteriosa ciudad de K´un-Lun, regresa 15 años después a Nueva York, donde intentará recuperar su vida y empresa familiar. Además, deberá hacer frente a una antigua amenaza que acecha en las sombras.
Antes de la crítica en sí, me gustaría poner un poco en antecedentes a los recién llegados: el personaje surgió de la mano de Roy Thomas en los años 70, aprovechando el tirón en Estados Unidos de Bruce Lee y las películas de artes marciales. El cómic tuvo una época con bastante éxito, hasta que las bajas ventas forzaron a juntar su cabecera con la de Power Man (Luke Cage), otro héroe que andaba de capa caída. De esa circunstancia editorial surgiría el negocio que fundaron ambos (Héroes de alquiler) y una de las amistades más longevas y peculiares de Marvel. También me gustaría añadir como anécdota que Danny y su novia, Misty Knight (detective de la policía en Luke Cage), fueron la primera pareja interracial del cómic de superhéroes.
Tras pasar por otro periodo de miniseries y apariciones esporádicas durante los 90 y principios del 2000, en 2006 llegó el momento más definitorio de su trayectoria: “El inmortal Puño de Hierro”, de Ed Brubaker y Matt Fraction (con dibujo del español David Ajá). Un cómic que no me canso de recomendar y que ahondando en los aspectos más místicos, multiplica la riqueza de su trasfondo y mitología y le convierte en un personaje lleno de posibilidades, cosa de la que han dado buena cuenta autores posteriores.
EL NIÑO PERDIDO
Uno de los grandes aciertos que tiene Netflix con sus series es que intentan que cada producto tenga su propia personalidad y temática. Iron Fist no es Daredevil en versión kung-fu. Y aunque el trailer y la premisa de “millonario heredero de una gran empresa que está desaparecido durante años y vuelve hecho una máquina de repartir cera” puedan oler peligrosamente a Batman Begins o a la serie de Arrow, basta con ver el piloto o unos pocos capítulos para comprobar que el enfoque es completamente distinto.
Comenzamos con Danny (Finn Jones) de vuelta en Nueva York, dándose de bruces con la realidad que supone un regreso así ¿cómo demuestras a tus conocidos que eres tú cuando se te dio por muerto de niño? ¿a quién acudes cuando nadie te escucha y todo lo que recuerdas ha cambiado? Este planteamiento, junto al hecho de que con el paso de los capítulos se nos vaya desvelando poco a poco detalles sobre Danny y lo que le sucedió, ayuda a que apetezca ir desentrañando el misterio y ver hacia donde va la historia.
El propio Danny es un personaje interesante con una personalidad bastante distinta a los de series anteriores. Tanto por su juventud como por la vida austera y de disciplina que ha tenido lejos de la civilización”, en muchos sentidos es un niño en el cuerpo de un adulto. Optimista, buen chaval y con un punto de ingenuidad a la hora de lidiar con el mundo “real” y la sociedad egoísta y materialista que no ha conocido. Pero al mismo tiempo ha tenido una niñez traumática y la mayor parte de su vida ha transcurrido entre férrea disciplina y trabajo duro, lo que hace que sea emocionalmente muy inestable. Lejos de caer en el estereotipo de occidental apropiándose de la cultura asiática, la serie no glorifica a su protagonista y lo presenta como una persona bastante disfuncional. Como decía el propio actor en declaraciones “Danny no es ningún salvador. Ni siquiera puede salvarse a sí mismo”.
Entre los secundarios están Joy Meachum (Jessica Stroup) y su hermano Ward (Tom Pelphrey), amigos de Danny en la infancia que ahora controlan Industrias Rand; Collen Wing (Jessica Henwick), la dueña de un humilde dojo. Como antagonista (a priori) tenemos al padre de Joy y Ward, Harold Meachum (David Wenham ¡¡Faramir!!), ex socio del padre de Danny. También hay viejos conocidos de otras series y sorpresas varias. Netflix sigue con su habitual buen hacer con los villanos y los personajes femeninos.
Sin entrar en spoilers, la estructura no es una historia de superhéroes al uso (cosa que como pasó con Jessica Jones o Luke, quizá no guste a todo el mundo). El arco principal es el viaje de Danny intentando recuperar su identidad y descubrir su lugar en el mundo (literal y metafóricamente). Otras temáticas que se tocan son los temas zen típicos en el subgénero de artes marciales, el legado (familiar y de otros tipos) y una mirada algo crítica a las corporaciones y al 1% (estando representado esto especialmente en Joy y Ward, personajes que me han gustado bastante). Como lector y fan acérrimo del personaje agradezco el esfuerzo que se han tomado los guionistas y responsables de la serie en beber del material original, al mismo tiempo que readaptarlo al contexto que necesita para continuar con la trama global de las series (lo que se viene cociendo en Daredevil, vamos). Y pese a que no me gustaron algunos cambios puntuales en el origen de Danny, quien esté familiarizado con los cómics encontrará que en general la base se mantiene en todos los aspectos.
Vamos con el misticismo, un tema que me tenía bastante quemado ¿Se puede trasladar al entorno callejero y relativamente realista de Netflix a un personaje cuyo trasfondo está enraizado en la fantasía? ¿Puedes mantenerse fieles a aspectos como que la fuente de su poder es haber derrotado literalmente a un dragón? Pues... más o menos.
A fin de preservar el “realismo” (y a evitar gastarse un presupuesto que no tienen, para que engañarnos), han optado por una solución intermedia. Si en Doctor Extraño vemos en primera persona a Stephen maravillado ante el descubrimiento de la magia y las artes místicas, en Iron Fist vamos a ver al enfoque opuesto: la incredulidad de los demás hacia Danny. La serie abraza los elementos y personajes místicos, pero la mayoría vienen por el relato de nuestro protagonista, pese a que la mayoría le tomen por un mentiroso o un lunático. Por supuesto, nosotros sabemos que es cierto, y puntualmente vemos algo de material en los flashbacks. Es decir, el misticismo se cuenta mucho y se enseña poco. Es una pena y me decepciona porque creo que el espectador se queda con las ganas, pero por otra parte me consuela que así queda establecido y hay opciones para que si en el futuro la serie tiene más temporadas y presupuesto, se puedan abordar de lleno y correctamente en lugar de con pocos medios.
No quiero extenderme mucho en la factura técnica pero pienso que está al nivel de Daredevil. Buena fotografía, buena iluminación (gran parte de los capítulos son a plena luz del día) y algunos decorados muy lujosos. La excepción son las escenas en las que más o menos se intuye K´un-Lun, que son... precarias.
BESADO POR EL FUEGO
Entre los secundarios están Joy Meachum (Jessica Stroup) y su hermano Ward (Tom Pelphrey), amigos de Danny en la infancia que ahora controlan Industrias Rand; Collen Wing (Jessica Henwick), la dueña de un humilde dojo. Como antagonista (a priori) tenemos al padre de Joy y Ward, Harold Meachum (David Wenham ¡¡Faramir!!), ex socio del padre de Danny. También hay viejos conocidos de otras series y sorpresas varias. Netflix sigue con su habitual buen hacer con los villanos y los personajes femeninos.
Sin entrar en spoilers, la estructura no es una historia de superhéroes al uso (cosa que como pasó con Jessica Jones o Luke, quizá no guste a todo el mundo). El arco principal es el viaje de Danny intentando recuperar su identidad y descubrir su lugar en el mundo (literal y metafóricamente). Otras temáticas que se tocan son los temas zen típicos en el subgénero de artes marciales, el legado (familiar y de otros tipos) y una mirada algo crítica a las corporaciones y al 1% (estando representado esto especialmente en Joy y Ward, personajes que me han gustado bastante). Como lector y fan acérrimo del personaje agradezco el esfuerzo que se han tomado los guionistas y responsables de la serie en beber del material original, al mismo tiempo que readaptarlo al contexto que necesita para continuar con la trama global de las series (lo que se viene cociendo en Daredevil, vamos). Y pese a que no me gustaron algunos cambios puntuales en el origen de Danny, quien esté familiarizado con los cómics encontrará que en general la base se mantiene en todos los aspectos.
Vamos con el misticismo, un tema que me tenía bastante quemado ¿Se puede trasladar al entorno callejero y relativamente realista de Netflix a un personaje cuyo trasfondo está enraizado en la fantasía? ¿Puedes mantenerse fieles a aspectos como que la fuente de su poder es haber derrotado literalmente a un dragón? Pues... más o menos.
A fin de preservar el “realismo” (y a evitar gastarse un presupuesto que no tienen, para que engañarnos), han optado por una solución intermedia. Si en Doctor Extraño vemos en primera persona a Stephen maravillado ante el descubrimiento de la magia y las artes místicas, en Iron Fist vamos a ver al enfoque opuesto: la incredulidad de los demás hacia Danny. La serie abraza los elementos y personajes místicos, pero la mayoría vienen por el relato de nuestro protagonista, pese a que la mayoría le tomen por un mentiroso o un lunático. Por supuesto, nosotros sabemos que es cierto, y puntualmente vemos algo de material en los flashbacks. Es decir, el misticismo se cuenta mucho y se enseña poco. Es una pena y me decepciona porque creo que el espectador se queda con las ganas, pero por otra parte me consuela que así queda establecido y hay opciones para que si en el futuro la serie tiene más temporadas y presupuesto, se puedan abordar de lleno y correctamente en lugar de con pocos medios.
No quiero extenderme mucho en la factura técnica pero pienso que está al nivel de Daredevil. Buena fotografía, buena iluminación (gran parte de los capítulos son a plena luz del día) y algunos decorados muy lujosos. La excepción son las escenas en las que más o menos se intuye K´un-Lun, que son... precarias.
BESADO POR EL FUEGO
Vamos ahora con algo vital en esta serie, la acción. En este aspecto soy tremendamente exigente: Puño es de los mejores luchadores del universo Marvel, muchos de sus enemigos son expertos, es una serie de superhéroes con temática de artes marciales, yo mismo soy practicante y aficionado... por lo tanto mis expectativas eran tener las mejores peleas de tv. Y... no lo son.
Al igual que con el misticismo, hay luces y sombras. Por una parte, está muy bien representado lo habilidoso que es Danny. No tiene superfuerza, sentidos aumentados ni va vestido con protecciones. Sin embargo es atlético, apenas encaja golpes, despacha a múltiples enemigos etc. En comparación a Daredevil por ejemplo, parece que lucha sin esfuerzo. Sus movimientos son fluidos y dispone de un repertorio mayor de técnicas (fintas, bloqueos, redirigir ataques del contrario, inmovilizaciones...). Se ha optado por darle un estilo que combina mayormente capoeira, wing tsun y diversos estilos de kung fu. Colleen en cambio tira más de estilos “duros”, tradicionalmente los japoneses.
Las coreografías en general están muy bien. ¿Cuál es el problema entonces? En primer lugar, que la dirección de escenas no siempre es la mejor: más cortes de los que me gustaría, ángulos que buscan que no se note el especialista y ocasionalmente saltos de eje al cambiar el plano que pueden desorientar. En segundo lugar, pasa algo de factura que los actores principales no tienen experiencia marcial previa a la serie y van a cara descubierta. Finn Jones hace un trabajo encomiable, pero su falta de presencia física y una preparación intensiva de un par de meses no le convierten en el Arma Viviente. Cuando acabe poniéndose la máscara y el disfraz, imagino que este aspecto se solucionará en gran manera, porque el 90% de las tomas de pelea será su doble. También puede ser que yo sea muy tiquismiquis y alguien que no controle del tema vea la serie y no lo note y las peleas le parezcan de 10.
Respecto al CGI, todo muy correcto. El Puño solo se usa ocasionalmente cuando la ocasión lo requiere, y no he visto nada que cante a excepción de un plano concreto de un golpe en un capítulo.
CONCLUSIÓN
- Lo mejor: buena factura marca Netflix, el planteamiento, las peleas, los secundarios y el potencial .
- Lo peor: K´un-Lun deja que desear, la anemia de Finn Jones, la edición en algunas peleas y la falta de misticismo en pantalla.
Teniendo en cuenta que esta serie me daba pánico en un principio, me puedo dar con un canto en los dientes de estar globalmente satisfecho con el resultado. La serie va de menos a más y tras 6 capítulos colocando piezas, se aprecia como ha ido pasando de ser un drama corporativo a cada vez meter más elementos fantásticos y de cara a Defensores. Si juega bien sus cartas y explota en su segunda mitad (me consta que faltan personajes por aparecer, algunos que ni están anunciados de hecho) podría ser mi favorita junto a Daredevil. O también desinflarse, quien sabe. La respuesta el 17 de Marzo. De momento la recomiendo.
Abre el corazón, cierra el puño :P
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