Título: El sacrificio de un ciervo sagrado
Título original: The Killing of a Sacred Deer
Dirección: Yorgos Lanthimos
País: Reino Unido
Actores: Colin Farrell, Nicole Kidman, Barry Keoghan, Raffey Cassidy, Sunny Suljic, Alicia Silverstone, Bill Camp, Denise Dal Vera, Jerry Pope
Año: 2017
Duración: 109'
Crítico colaborador: Daniel Pérez Sánchez
Aún pecando de pomposidad, especialmente en el primer y último tercio de la película, Yorgos Lanthimos consigue colocarnos en una incómoda y dramática situación a caballo entre la cotidianidad y la más absoluta inverosimilitud. Un film que deja claro el tipo de experiencia que ofrece con su primer plano: Malestar, miedo y -entre ambos, a veces oculto- asco.
Una
película que sin llegar a serlo hace uso en su primera mitad de una
narrativa propia del thriller psicológico para después convertirse
en un drama poco convencional. La
dosificación de la información juega un papel importante a la hora
de recrear la desasosegante atmósfera de misterio que rodea a los
particulares personajes de
El
Sacrificio de un Ciervo Sagrado.
"¿Por
qué?" es una pregunta que tarda un porcentaje importante del
metraje en responderse, siendo al mismo tiempo la herramienta más
poderosa del film y su punto débil, llegando a derramar, una vez
respondida, buena parte de la bien construida tensión de los
primeros treinta minutos en pos del extraño drama del que se nos
quiere hablar.
Una
faceta admirable de la película es la capacidad para introducir
cápsulas de comedia en una trama eminentemente dramática.
Hacer reír no es nada fácil pero hacer reír en un contexto que no
tiene un atisbo de comedia explícita es extremadamente difícil, y
más aún sin que esto perjudique a la seriedad de la historia.
Lanthimos lo consigue ayudado del guión y de las interpretaciones
destacables en el caso de los niños y Nicole Kidman, sobresaliente
en el caso de Barry Keoghan y bastante mediocre en el caso de Colin
Farrell, que como de costumbre parece interpretar cada línea de su
personaje con el mismo deje, haciendo su diálogo mecánico y poco
creíble.
La
extravagante y atmosférica banda sonora enfatiza de manera obvia
pero efectiva aquellas emociones que El
Sacrificio de un Ciervo Sagrado lucha
constantemente por desatar, apoyando con fuerza una fotografía a
ratos destacable, a ratos convencional.
Una buena película que da en ocasiones la impresión de esforzarse
demasiado en sí misma. Un film con contados momentos de brillantez y
con un resultado más sencillo del esperado, una obra que deja poco
en la cabeza del espectador, una historia que no resuelve nada y que
funciona sencillamente como el retrato de un drama extraño y
psicológico, un drama que aunque despunte moderadamente deja a sus
espectadores como al personaje interpretado por Colin Farrell:
Dudosos e impotentes.
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